Llega septiembre y, por lo tanto, el reinicio del curso político. Algo extraño, pues la situación no ha cambiado en el último mes a pesar de este reinicio. No podemos decir que iniciamos nuevo curso, a pesar de que sea el lenguaje utilizado en la jerga política actual, ya que seguimos obviamente en 2020 y con unas condiciones que se fijaron al final del 2019.
Nos estamos refiriendo, principalmente, a la situación económica de la ciudad, dado que en octubre y diciembre de 2019 se fijó la previsión de ingresos y gastos para este curso, con la aprobación de las ordenanzas fiscales y los presupuestos municipales. Recordar que nuestro grupo facilitó su aprobación con una abstención. Una abstención condicionada por una serie de propuestas y como muestra a una serie de medidas del gobierno municipal que no compartíamos en parte. De ahí nuestra abstención. Cabe recordar, también, que esta previsión se vio modificada por el rescate del Ayuntamiento con el préstamo de mandato de 2 millones de euros, por lo que la situación per se ya es delicada.
Previsión que se realizó con ánimo de ser la guía para el curso político 2020, pero previsión que saltó por los aires con la llegada del COVID-19 al aprobarse, acertadamente y con gran consenso, casi unanimidad (ERC Mollet no está para estas cosas), una serie de medidas para paliar los efectos de la pandemia: subvenciones, ayudas sociales, ayudas en matriculación de escuelas infantiles, así como otras medidas dirigidas a autónomos, comerciantes y pequeños empresarios de la ciudad.
Con esta situación y con el reinicio del curso político, es hora de revisar los planteamientos realizados para este año 2020, ver cómo dar cumplimiento, a pesar de las circunstancias, a nuestros compromisos electorales y valorar como se debe afrontar este tramo final del año.
Ello va a implicar rigurosidad, trabajo y buena predisposición de todos, pues la situación Mollet es preocupante, pero estamos convencidos de que si trabajamos juntos podemos lograr un buen resultado a pesar de las circunstancias